En casos de ambientes climáticos extremos, donde difícilmente se pueden dar cultivos pues incluso la vegetación natural encuentra grandes dificultades, la provisión de sombra graduada al terreno combinado con la concentración del agua de precipitación, que permitirían los propios paneles canalizando la lluvia interceptada puede facilitar la viabilidad de determinados cultivos de plantas leñosas como la vid en terrenos semiáridos. También con el recurso a aguas subterráneas a cierta profundidad o la desalinización se abren opciones para desarrollar una mayor variedad de cultivos en tierras en principio baldías. Todo ello combinado con la correcta elección de los cultivos y los tratamientos culturales, como: el multching, riego por goteo, mejora estructural de los suelos, recursos a cultivos hidropónicos, etc puede permitir el cultivo en terrenos improductivos semiáridos o incluso desérticos. Con el cambio climático se está produciendo una evolución hacia condiciones extremadamente xéricas o semixéricas en muchas superficies y la agrovoltaica puede ser una oportunidad para permitir ciertos cultivos en estas tierras con apoyo en prácticas de agricultura de precisión e intensiva. Incluso en invernaderos se han diseñado sistemas que intentan cerrar el ciclo del agua gracias a la condensación en ambientes cerrados de la humedad del aire que generan las plantas. También está la opción de recurrir a maquinaria, que puede funcionar con la energía eléctrica provista por las placas, que permiten la condensación de la humedad del ambiente para proveer de un agua extra a los cultivos.
Con la instalación de las placas solares también es posible la concentración de cierta proporción de las aguas pluviales que se pueden canalizar y llevar a ciertos depósitos para su uso para riego en momentos de déficit de disponibilidad de este recurso en los suelos. Estos depósitos temporales también es muy convenientes que se encuentren bajo la sombra de los paneles para limitar posteriormente las pérdidas.
