- Produce un gran beneficio medioambiental al facilitar la generación de energía eléctrica a partir de una fuente ecológica y renovable, reduciendo con ello la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y favoreciendo la lucha contra el Cambio Climático.
- Optimiza el uso del terreno aumentando su rendimiento. El terreno es usado a la vez para la producción de energía eléctrica y para la producción agrícola y/o ganadera, con una muy baja pérdida de este segundo aprovechamiento si se realiza un adecuado diseño del parque solar y la elección del cultivo.
- Con la implantación de paneles con tecnología de sombreado activo, se protege también la vegetación ante altas temperaturas y la alta irradiación solar lo que es muy interesante para cultivos de fruto que son muy susceptibles a ésta. Se crea también un microclima adecuado que conserva la humedad y reduce la evapotranspiración lo que hace disminuir la necesidad de agua de los cultivos.
- Los paneles ejercen una protección parcial de los cultivos frente a fenómenos atmosféricos adversos, como: granizo, lluvias torrenciales, etc.
- Mayor generación de energía. La introducción de cultivos entre placas disminuye las altas temperaturas a las que se pueden ver sometidas la placas en el verano lo que reduciría el rendimiento de las mismas.
- Las prácticas agrovoltaicas normalmente precisan de una mayor cantidad por hectárea de mano de obra por las limitaciones de maquinaría que lleva aparejado y por promover generalmente producciones de mayor valor añadido como cultivos de hortalizas, de frutos rojos, de plantas medicinales y aromáticas, la ganadería extensiva con transformación, etc.
- Genera unos ingresos extra y fijos para los agricultores sin menoscabar sus ingresos en el sector agrario, si son correctamente diseñadas las actividades agrarias compatibles a desarrollar.