El pastoreo temprano permite, por un lado, beneficiarse de un forraje de alta calidad y, por otro, retrasar la fenología de las plantas. el criador debe completar la primera ronda de pastoreo antes de que la altura de las mazorcas de la última parcela alcance los 20 cm en la vaina. Luego los animales son devueltos a las primeras parcelas pastoreadas.
Durante el segundo ciclo de pastoreo, el objetivo es consumir la mayor cantidad posible de mazorcas de los macollos secundarios antes de que alcancen los 20 cm. Hay que adaptarse rápidamente al importante crecimiento de la hierba de este período por lo que la transición entre parcelas será variable en distintos años.

Se puede considerar un tercer ciclo en entornos favorables. En sitios con carácter más seco, sólo las primeras parcelas pastoreadas del segundo ciclo podrán beneficiarse de una tercera ronda de pastoreo en primavera pues las parcelas pastoreadas a mitad o al final del segundo ciclo preferirán esperar hasta el otoño para beneficiarse. de este 3er pastoreo.
En los entornos favorables se puede dar una cuarta visita en otoño que permitirá limpiar las parcelas de hojas senescentes para favorecer un rebrote de calidad en primavera.
En condiciones de fuerte naturaleza mediterránea se podrán dar dos pasadas por celda una en primavera y otra en otoño.
En climas mediterráneos es posible un pastoreo invernal que dependiendo del año es muy deseable. Se prestará especial atención a las zonas para dormir que, por la humedad de los suelos, principalmente en los arcillosos, en épocas de lluvia el ganado puede dañar de forma importante y permanente la pradera, especialmente debajo de los paneles.